1 ene 2012

Vacaciones de madre

Joven decadente (1899) Ramón Cases i Carbo, Museo de Montserrat
Paradójicamente, para empezar este blog sobre esto de la maternidad necesité que padre e hijo se fueran a casa de los abuelos durante un par de semanas. Si no, hubiera sido imposible encontrar el tiempo y la energía para hacer una cosa aparentemente tan sencilla como esta.

Ya nos dijo Virginia Woolf en 1929 que las mujeres necesitábamos una habitación propia (con pestillo por dentro, especificaba ella). Está claro que las madres deberíamos aplicarnos el cuento y programar en nuestras agendas (en las de toda la familia) unos días de vacaciones para estar solas y tranquilas.

¡Qué placer levantarte por la mañana y tener que pensar sólo en ti! Poder organizarte el día a tu manera,  comer cuando te da la gana, salir de casa sólo con el bolso, subir y bajar escalones sin darte cuenta, caminar ligera, tener todas las horas del día para hacer con ellas lo que te de la santa gana... son cosas maravillosas que antes de reproducirte dabas por sentadas y ahora parecen de ciencia ficción. Yo creo que son fundamentales y hay que encontrar un modo de disfrutarlas regularmente, por nuestra salud física y mental.

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